Veredictofutbol

Estamos en reconstrucción, esta presentación es temporal.

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Posted by / Twitter @TavoAndre - -

No, no lo era.

Cuando arrancó Sudáfrica 2010 los favoritos: Inglaterra, Brasil, Argentina y de vez en cuando se nombró a España.
Una vez terminada la fase de grupos entró sí Holanda, Brasil, Argentina y nadie se acordó de la roja, es más por la goleada sobre Corea apareció en el mapa la selección de Portugal.
Pasaban los días y había terminado octavos de final, ¿favoritos?; Alemania sin ninguna duda, Brasil no se quedaba atrás, algo apareció de Uruguay que ya pintaba como finalista, pero de la roja seguíamos olvidados.
Pasaron los cuartos de final y apareció la sorpresa mundialista que suele caracterizar a esta cita tetra-anual; Holanda superó al indudable favorito, Brasil.
La naranja Mecánica aumentaba su rating, pero y la roja, No, España ganó casi que con suerte, por un penal errado por el paraguayo Óscar Taquara Cardozo, que olvidó como se cobra desde los 12 pasos y adiós, claro, sin olvidar que la furia también erró un penal inmediatamente posterior, pero al pan pan y al vino vino, si Paraguay hacía ese gol, arrivederci España, cabe la palabra por la mala campaña de Italia
.
Seguían los días y acabaron los cuartos, las goleadas que propició Alemania sobre sus rivales, daban a pensar que la copa ya tenía su nombre, pero no.
"Roja será nuestra fiesta todo al rojo nuestra apuesta", leía yo en los perfiles de quienes todavía optimistas, aunque con serias dudas, le apoyaban a la selección ibérica. Pasó entonces el primer milagro futbolero,El Pulpo Paul. este molusco cefalópodo alemán, repito su división en el reino animal porque me fue difícil memorizarla, que se jactaba por no errar, no erró. Tomó el más arduo camino y le apostó a España, y !Vaya sorpresa¡, no se equivocó, España fue digno rival de guerra.

Si metafóricamente comparamos al fútbol con la guerra, específicamente con la segunda, España tomaría las riendas de la ex URSS, dejó crecer a su rival y a la primera señal de debilitamiento, la pérdida de Mueller, atacó con todo, se tomó el Oder mundialista y la Berlín sudafricana y ¡Bang!, se ganó su pase a la final.

Vuelve la pregunta ¿era de suponer? No. De ninguna manera, pero quien lo hizo, apostó pulpódicamente, bien.

Felicidades España por este gran paso a una final, no hay cabida para la duda, se lo merece, a rendirle cuentas a Holanda. Este domingo es rojo contra naranja.