Veredictofutbol

Estamos en reconstrucción, esta presentación es temporal.

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Posted by Marcelo Gómez Yunes - -

Orgullo del fútbol local y mundial, como otros clubes del mundo decidió optar por un camino distinto. Un camino que no se puede tachar de heroico o absurdo. Sólo una decisión que trae consigo, sobretodo ahora que el fútbol se parece más a un enorme mercado de abasto, un sinnúmero de diferencias competitivas respecto al resto de equipos. Y estas diferencias se marcan por ejemplo con los títulos de liga a nivel internacional o las escasas participaciones decentes de Barcelona en los mismos torneos. Y a nivel imagen, desarrollo de marca, astronómicas distancias que asustan.

No quiero decir que la gestión tradicional del siempre Bitricampeón del fútbol ecuatoriano, El Nacional, sea menos frente a directivas del Quito, Emelec, liga o Barcelona, en términos de organización, responsabilidad organizacional o transparencia (incluso en mucho de estos los supera a lo largo del tiempo).

Lo que quiero decir es que como en cualquier empresa, se adapta la gestión a la estrategia del negocio. Eso hizo Liga, quiso ser grande y lo fue, adaptó una gestión basada en sueños posibles. Nacional en cambio, ha adaptado su gestión fielmente a lo que parece ser su idea: el proveedor de futbolistas ecuatorianos. Una idea loable. Una idea que me hace preguntar, cuando el nacional tendrá que vérselas para completar su presupuesto cada año con más dificultad, si realmente alcanza con ser el proveedor de un par de futbolistas al año para sobrevivir a las pésimas recaudaciones y a la necesidad de éxito deportivo de su hinchada.
Ahora andamos con el cuento de un estadio, no sé para qué. ¿No habría sido más fácil cimentar el nacional del futuro en relación a su ideología como club, a su estrategia deportiva en los próximos 10 o 15 años, a la posibilidad clara y no discursiva de un cuerpo civil con poder de decisión? El promedio del equipo en los últimos años no supera los 5 mil aficionados. Una vergüenza para un equipo que llena el estadio cuando está a punto de pegar el campeonato. Hoy estamos en penúltimo lugar. Hace pocos años Barcelona le fregó un campeonato al nacional calentando las orejas de su entrenador y de otros pseudo futbolistas amarrados por la enfermedad del dinero. Y de esto nadie dice nada. ¿El dinero de la venta de futbolistas? ¿El próximo goleador de la selección de tan solo 18 años sin contrato? ¿De esto no es lo que deberíamos estar preocupados señores dirigentes? Creo que hay temas más importantes en relación al futuro del equipo que un estadio o una alianza con un club extranjero. Para qué, ¿acaso vamos a contratar jugadores del Santos Laguna? No, lo que va a suceder es que ahora el Santos se nos llevara los mejores recursos.

Cuando pienso en el futuro del Bitri, como del fútbol ecuatoriano, las cosas no se ven claras casa adentro. Aún esperamos a que aparezcan estrellas como Valencia o Benítez, gestores fenomenales como Paz o Nehme. Lo que hay que hacer es a pensar en el futuro. El Nacional, como portavoz y ejemplo de lo más profundo de nuestro país, debería dar un paso hacia adelante en el modo de ver el fútbol. Y para esto vale una declaración de todo el corpus dirigente y fanático. El Nacional se erige como una plantación de banano que proyecta vender sus recursos o se erige como un equipo que sueña con cosas grandes. Está en las manos de la actual administración criolla el sacar a Nacional del hoyo al que poco a poco están llevándolos ellos mismos, o modernizar a un equipo desde sus ideas. ¿Cuántas libertadores creen ustedes que podría tener Nacional si hubiera acompañado a esos equipos de ensueño que cada vez y cuando tiene con 3 o 2 extranjeros de jerarquía internacional? No lo podremos responder ahora. Lo que sí estoy seguro es que Nacional siempre ha sido el mejor ejemplo del futbolista ecuatoriano y que ha llegado el momento de evolucionar.