El partido inició a las tres de la tarde, con un George Capwell, repleto; durante los primeros 25 minutos el claro dominador del encuentro fue Emeléc que tuvo dos oportunidades clarísimas, la primera con Jaime Ayoví y la segunda con Santiago Biglieri, ambos remates fueron de larga distancia, cosa que complico al golero canario, Máximo Banguera, después, el primer tiempo fue mucho más disputado y cortado en el medio campo.
El segundo tiempo, inició al igual que el primero, con un solo equipo en el campo, Emeléc, que a diferencia del primero esta vez dominó durante todo el segundo tiempo. El partido termino en empate, a diferencia de los anteriores durante este año, que terminaron a favor de los eléctricos, el empate se debió a una deficiencia en la definición ya que a Emeléc no le faltaron oportunidades durante el partido, sino que no supo concretarlas.
Si este clásico tuvo una gran figura, esta vez no fue ningún jugador de los equipos del astillero, sino por el contrario, quien se robo el protagonismo fue el juez central Alfredo Intriago, que repartió tarjetas a diestra y siniestra, 14 tarjetas en total, 11 amarillas y 3 rojas las cuales dañaron el espectáculo, ya que con dos hombres menos Barcelona, que no atacaba sino esporádicamente, se dedico simplemente a defenderse.
Así pues el partido que pintaba para llamativo se vio opacado por la, a mi manera de ver, pésima, actuación del colegiado.






