Dicen los investigadores que el ataque no fue al boleo, que lo estaban esperando y que cuando pasó, le tiraron a quemarropa y por la espalda. Además de una interna que ya se le fue de las manos a todo el mundo, A Matías Pera lo quisieron matar porque la semana pasada, había sido testigo del ataque a Sebastián González y lo quisieron silenciar. Le tiraron cinco tiros (algunos dieron en la espalda, otros dieron en el brazo derecho y uno en el muslo izquierdo) y huyeron cuando lo vieron caer. Fue ayer a las 21.30, en el cruce de Isola y Pasaje Santafesino y Pera zafó porque estaba con un amigo que pronto pidió asistencia médica.
Matías Pera, tiene 27 años y estaría fuera de peligro. Después del ataque fue trasladado al hospital Clemente Alvarez por una ambulancia del Servicio de Emergencias Sanitarias. Lo operaron y hoy fue pasado a una sala común. “Milagrosamente su vida no corre peligro”, dijeron desde el hospital.
Según fuentes de la investigación, Pera estaba la noche del 14 de noviembre, cuando fue atacado González a los tiros desde una motocicleta. Por ese hecho el Panadero Ochoa, uno de los líderes de la barra, se puso a disposición de la Justicia, le tomaron declaración y recuperó su libertad. Lo mismo ocurrió con Bassi, otro barra. González trabaja como patovica en el boliche Athiyko II y recibió impactos en su pierda. Le tiraron desde una moto y huyeron. González acusó a Luis “El Pollo” Bassi, como la persona que conducía la moto y a Ochoa, como el que efectuó los disparos.
El Panadero tomó el control en el 2008 tras la salida de Eduardo López y un año antes del asesinato de Roberto Pimpi Camino. Y el ataque se produjo en el Barrio conocido como Fonavi, de la zona Sur, que antes era liderado por Camino.
Tomado de: ole.com.ar
