Veredictofutbol

Estamos en reconstrucción, esta presentación es temporal.

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Posted by Luis Fernando Borrero - -

Es difícil para cualquier persona despojarse de sus sentimientos, gustos, preferencias o predilecciones cuando se trata de obtener conclusiones concretas, desde un punto de vista objetivo. Así, un periodista que no pueda deshacerse de su condición de hincha de cualquier equipo, o de su pasión política, o simplemente de su ego, nunca podrá hacer un liderazgo de opinión como debe ser hecho, ejemplos que hemos visto a manos llenas en este país, porque siempre reinará el comentario simplista, el antifaz sobre los ojos que no quieren ver algo, la mordaza, o el razonamiento ilógico. Entonces, el papel del comentarista, el de presentar las cosas como hechos concretos y fríos, y las recomendaciones para que cada persona por su cuenta llegue a su propia conclusión, se pierde.

La guerra periodística entre la prensa deportiva quiteña y la guayaquileña, que ya llegó desde que se conocieron los cuatro finalistas del campeonato ecuatoriano de fútbol 2010, ya está tomando visos de ridiculez, cuando en los distintos programas radiales, se dicen y se desdicen, se pronuncian queriendo envolverse en el manto de la imparcialidad, acreditan y desacreditan árbitros, horarios, desmenuzan el como, por qué, para qué tal o cual jugador jugó, debió jugar o no jugar, debe descansar o no, hacen encuestas, reciben llamadas... para no llegar a una conclusión concreta y objetiva en ningún momento. Escuché a unos prominentes comentaristas de una radio de Quito discutir veinte interminables minutos, sobre si se debió o no permitir (léase bien, PERMITIR) que este equipo juegue jueves, lunes, martes y jueves, y obviamente achacando a eso las derrotas de Avellaneda y Manta. Lo respeto, pero no lo comparto: EN NINGÚN OTRO PAÍS QUE CONSIDERA TENER FUTBOL DE NIVEL INTERNACIONAL SE DIFIEREN PARTIDOS DEL CAMPEONATO NACIONAL POR COPA LIBERTADORES, PEOR AÚN POR PARTIDOS AMISTOSOS DE LA SELECCIÓN. Por su parte, la prensa porteña viene haciendo una especie de censo nacional con respecto a quiénes DEBEN ser los árbitros para los partidos finales... Es decir, cada uno tira agua para su molino, y el oyente... qué importa, igual va al fútbol.

Tratando de ser desapasionado en esta crítica, nadie puede dudar que Liga de Quito (porque hay otras "Ligas", señores periodistas) y Emelec fueron los dos mejores equipos del torneo y merecen estar jugando la final; Liga de Quito fue desde el inicio, el rival a batir; armó un equipo para ser exitoso en la Recopa Sudamericana, en la Copa Sudamericana y en el Campeonato Nacional; trajo jugadores de renombre, probados, con amplio recorrido; como siempre, fue organizando inteligentemente su equipo a lo largo de la temporada, aunque creo que le falló la preparación física en los últimos momentos. Sí, claro que jugó más partidos que el resto de equipos, pero... en Europa, en Argentina, en Colombia lo hacen igual o más, y no es un tema de discusión eterna.

¿Quién duda de que Emelec es merecedor de estar jugando estas dos finales? Es el único que venció a Liga de Quito como visitante, tiene el goleador del torneo, dos arqueros de lujo, una base de jugadores nacionales muy firme y un buen estratega como timonel. Además de gozar de una hinchada que rompe con todo pronóstico. Lo hizo muy bien; nunca se dio por vencido, y esa característica la pudimos apreciar en las dos partes finales de las dos etapas; en la primera, le arrancó la punta a Liga de Quito en la recta final, y en la segunda, le quitó la localía para la gran final en el último partido. Si algo se debe admirar a Emelec, es ese espíritu indomable de no dar nada por perdido.

Barcelona, con altos y bajos, siempre fue un animador del campeonato, al igual que el Deportivo Quito; los primeros, con una estrategia de ser el mejor visitante, se olvidaron de que también tenían que ganar como locales, y como siempre, fueron víctimas de la innecesaria presión espantosa que reciben de los periodistas y, por consecuencia, de los hinchas. Y el Deportivo Quito, a ratos disputando con el Deportivo Cuenca el derecho de pelear el repechaje de la Copa Libertadores, terminó imponiendo la lógica de ser un equipo más fuerte en su plantel, con mayor experiencia y sin los problemas económicos de los morlacos.

De ahí en adelante, quién juegue de local o de visitante el partido final, es intrascendente, porque para ganar hay que ser el mejor en donde corresponda.