Un interesante artículo sobre nuestro compatriota, que entrega la Web Oficial, del Levante UD.
Esta es la Nota:
Dicen desde Ecuador que Jefferson Montero ha refinado sus expresiones, producto de su estancia en el Viejo Continente a partir de la experiencia que viene desarrollando desde el ejercicio pasado en las filas del Villarreal. Advierten que ya no se expresa con el dialecto que caracteriza a los costeños de Ecuador. Reiteran, por las visitas puntuales que realiza a su país de origen, bien para defender la elástica de la mítica Tricolor, bien por los viajes de asueto, aprovechando los períodos vacaciones, que se nota el poso europeo en su manera de manifestarse y dirigirse en público. Es posible que puedan variar sus formas de expresión, pero no hay alteraciones significativas y sustantivas en su estilo y en el orden que impera en su juego como futbolista; una velocidad vertiginosa compendia el manual de sus cualidades como profesional del balón.
No es de extrañar los apelativos que le acompañan. El Expreso de Babahoyo o el Ferrari. Todo transpira aceleración. Con 1’69 metros y 64 kilos su constitución física es la de un velocista, pero detrás de esa condición, que puede parecer menor para la exigencia del fútbol, se esconde un jugador potente y fuerte que, además, tiene un gran dominio del balón. Esas características, unidas a la perseverancia y al desparpajo que imprime, le permiten hacer del dribling y del desborde un arte que practica de manera constante, situado, principalmente, sobre la periferia del terreno de juego. Es incuestionable que la velocidad le define y le identifica cuando se calza las botas y se lanza al verde aunque desde su Ecuador natal vuelven a ofrecer una nueva puntualización que entronca con su permanencia y aprendizaje en el fútbol europeo.
En ese caso, el análisis que efectúan es exclusivamente deportivo. Los analistas acentúan que Jefferson ha madurado después de un curso refrescante en la categoría de Plata con el Villarreal B que le valió su pasaporte hacia la Primera División instalándose en la plantilla de la escuadra que prepara Garrido. Montero ha adquirido un punto de pausa que le permite adoptar nuevas decisiones sobre el campo y no trasladarse a la velocidad del sonido en una aventura en solitario. Aunque pausa y velocidad sean términos refractarios, en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, parecen fagocitarse y le dan un punto adicional de mejora y notoriedad a su fútbol.
Jefferson es mucho más analítico con el balón pegado a sus pies, desarrolla su imaginación planteando soluciones que antes obviaba y dejaba a la velocidad, busca asociarse con el resto de sus compañeros y hace uso de esa rapidez innata, que la naturaleza le ha proporcionado, para definir y para establecer las diferencias cuando las acciones pasan de lo circunstancial a adquirir rango de decisorias. Surge un proceso de maduración evidente que le ha llevado a liderar a la Tri de Reinaldo en las eliminatorias de clasificación para la Copa América que este próximo verano se disputará en Argentina. En ese sentido, su juventud, 21 años cumplió el septiembre pasado, no es un inconveniente para asumir un rol cardinal en este ámbito.
Tampoco es una novedad puesto que desde 2007 es un habitual en las convocatorias de la Selección Nacional de Ecuador. “Estoy encantado con su cesión. Nos va a dar mucha velocidad. Es muy rápido y vertical. Nos hacia falta. Es un jugador por explotar y espero que explote en el Levante”. anunció ayer Luis García tras confirmarse el acuerdo pactado por el Villarreal y la entidad que preside Francisco Catalán. “Nos puede ayudar porque nos faltaba ese tipo de jugador en la plantilla”, corrobora Pedro Rostoll después de observarle en el primer entrenamiento con el Levante.”Vengo a tener minutos y a ayudar lo máximo al equipo”, ha recordado en su presentación oficial.






