Él se levanta, aunque no durmió, se mira al espejo, sonríe, está confiado en la magnitud de lo aceptable, de lo lógico, de lo justo, de lo real.
Optimista busca a sus coidearios, a sus similares, a sus amigos, sonríen todos, nerviosos, porque los nervios son naturales, porque profesional que no lleva los nervios en su presentación, no se la toma en serio.
Desayunan lo que el nutricionista dispone y el silencio lo rompe el menos tímido, que debe acabar con sus nervios, rompiendo el silencio.
Ya no es uno, son todos; ni coidearios, ni similares, ni amigos; equipo. un colectivo que suma más de 11, más de 23, suma 14 millones de personas a las 16h00 de la tarde quiteña y ecuatoriana.
El Atahualpa tiene un solo nombre y un solo color, el reinante amarillo, decorado con el azul y rojo. Todo, a corta y larga distancia, delata su intención, aplausos por ello, pues es esta ambiciosa, brava e intocable.
Señores y Señoras, Damas y Caballeros, tricolores todos, de pie y la mano derecha al corazón, coreamos todos, el himno Nacional de nuestro Ecuador.
Se acabó la espera, la historia se construye paso a paso, más bien dicho, pase a pase, mucho más claro, gol a gol, pues los habrá, no lo dude.
Yo, espero junto a todos, le apuesto a mi Tricolor, a la nuestra, a nuestro hermoso Ecuador. Le apuesto a la capacidad de Domínguez, a una buena adaptación de la 'Hormiga', a la juventud de Friccson junto a la experiencia de Jairo y al liderato de Walter; Erazo, Campos y Ayoví respectivamente. Yo le apuesto a la grandeza de Toño Valencia, a la creatividad de 'Sari', a la braveza de Noboa, del 'Zar' y a lo que ya nos ha demostrado el 'Chivo' Suárez. Y me queda para apostarle a la certeza de Ayoví, a lo que demostrará Benítez.
Además apuesto a la sensatez de Reinaldo Rueda, a la destreza de quienes están en la banca, a los que acompañan, curan, ayudan y colaboran.
Usted, estimado lector, no me diga que le apuesta a Argentina, Chile, Paraguay o Uruguay, apuéstele a lo propio.
Que nada mejor para disfrutar una buena victoria, que el poder decir; "Yo, le aposté a mi tricolor".
Que nada mejor para disfrutar una buena victoria, que el poder decir; "Yo, le aposté a mi tricolor".






